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Ovni |
Cuando se cruza con nueve discos voladores al sureste de Seattle, el 24 de junio de 1947, Kenneth Arnold no sabe que va a pasar a la posteridad. A su regreso, cuando cuenta su aventura, habla de «platillos» y la expresión «platillos voladores» aparece en los titulares de los periódicos del mundo entero.
Su observación inspira confianza, puesto que el tiempo está completamente despejado por encima de las Rocallosas y que el testigo es un ingeniero, piloto experimentado y, por lo tanto, poco inclinado a dejarse impresionar por un fenómeno aéreo natural en pleno día. La noticia recorre rápidamente el mundo entero y los Objetos Voladores No Identificados, como se prefiere llamarlos pronto, se transforman en uno de los más grandes misterios de la segunda mitad del siglo veinte.
Comités en serie
Los relatos más antiguos acerca de objetos voladores se remontan a la Antigüedad. Pero es durante el curso de la Segunda Guerra Mundial que los testimonios se multiplican; los dos campos hablan entonces de «cazas fantasmas». En 1946, la primera ola importante de observaciones tiene lugar en Escandinavia. Luego, entre 1947 y 1948, los incidentes son cada vez más frecuentes y tienen un vuelco dramático. Después de la muerte del capitán Mantell, quien fue supuestamente «abatido» por un OVNI, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos se ve obligada a reaccionar. Se nombra enseguida una serie de comités, encargados oficialmente de investigar estos fenómenos, pero de hecho comisionados para demostrar que no son más que el resultado de una ilusión.
El más famoso de todos estos comités es el llamado Proyecto Libro Azul (Project Blue Book), que cesa sus actividades en 1969, luego de que un comité científico civil, llamado comité Condón, concluye que los OVNIS no existen. Sin embargo, incluso antes de la entrega de sus conclusiones, la prensa publica un informe confidencial que prueba que el Dr. Condón tuvo por misión, desde el principio, llegar a una conclusión negativa y desacredita de este modo el informe. Más aún, los miembros militares o científicos del Proyecto Libro Azul, que al principio dieron a conocer su posición profundamente escéptica, se declararon poco a poco convencidos de la realidad de este fenómeno que habían sido encargados de reducir a la nada.
Comités dispuestos para realizar las mismas investigaciones y de los cuales los gobiernos esperaban también conclusiones negativas fueron creados en Europa y en los países del este. El problema de los OVNIS fue abordado además, en numerosas ocasiones, por parlamentarios de varios países, entre ellos Inglaterra y Francia, así como por la ONU. Ninguna de estas instancias oficiales llegó jamás a una conclusión probatoria; la existencia misma de objetos venidos del espacio repugnaba demasiado a las mentes racionales que las componían, por lo que los debates no estaban del todo libres de prejuicios.
Un rechazo de antemano
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Formación nubosa de forma ovoide, podria ser una explicacion de los platillos voladores? |
Para el profesor Hynek, director del observatorio atómico y que fue durante veinte años el experto de la Fuerza Aérea norteamericana en materia de OVNIS, el fenómeno parece «tan extraño, tan inaceptable y tan estorbante que tanto en las esferas científicas (…) como militares (no se acepta) otorgarle más que un interés superficial». Encantador eufemismo para definir la actitud de quienes prefirieron ridiculizar el fenómeno en vez de estudiarlo en forma científica. Solamente la autoridades de los Estados Unidos se interesaron seriamente en los OVNIS sin ‘prejuzgarlos, precisamente durante los últimos años de la década de 1940, porque sospechaban entonces que los «platillos» podrían ser un arma secreta entregada a los científicos soviéticos por los científicos alemanes tomados prisioneros al término de la Segunda Guerra Mundial. Esta actitud de reserva o de negación sistemática tuvo, a lo menos, un efecto negativo: dejó libre curso a cualquier iniciativa individual o colectiva privada, tanto a investigaciones serias realizadas por los escasos técnicos o científicos desprovistos de prejuicios como a lucubraciones de iluminados o de sectas que describen sin ninguna perspectiva los «mensajes» enviados por los extraterrestres.
¿Que es un OVNI?
En la mayoría de los casos, se trata de un fenómeno aéreo sólido o luminoso (o ambos) cuya naturaleza no es conocida o reconocida por los observadores. Evidentemente, entre estas observaciones se sitúa la mayor parte de los errores de interpretación, ya que planetas y estrellas brillantes, meteoritos, globos sonda iluminados por el sol, satélites artificiales que regresan a la atmósfera, etc., son tomados a menudo por objetos voladores venidos del espacio. En estos «encuentros cercanos del primer tipo» el OVNI está muy próximo a los testigos pero no interactúa con ellos ni con el ambiente. En los «encuentros del segundo tipo «por el contrario, el OVNI provoca perturbaciones electromagnéticas o de otro tipo, modificaciones en el estado de conciencia (trances hipnóticos, etc.) y deja huellas en el suelo. Cuando los testigos afirman haber tenido, además, contacto físico con los «ocupantes» (o sufrido un «levantamiento»), se habla de «encuentros del tercer tipo». En estas tres categorías existen muchas posibilidades de una alucinación o de una mistificación y es lo que preocupa a los investigadores. El profesor Hynek, consultor científico del Proyecto Libro Azul, estima que fueron 640 los casos transmitidos a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos entre 1948 y 1969 para los cuales no se encontró ninguna explicación plausible…
Los testimonios a través del tiempo.
Los archivos históricos están llenos de relatos de fenómenos aéreos inexplicables y de encuentros con seres venidos del cielo. He aquí algunos de ellos:
En la Roma Antigua… En su Historia natural, libro II, pág. 34, Plinio el Anciano señala que en el año 100 antes de nuestra era, en Italia, un «escudo ardiente atravesó el cielo de este a oeste, durante la puesta de sol, lanzando chispas…» La obra de este gran observador de la naturaleza se refiere a muchos otros casos similares.
En el Japon medieval… En el Kojiki, que data del 712, el chambelán Hixedanodare informa que en el otoño del año 692 «se vio en la noche a los planetas Marte y Júpiter acercarse uno al otro y luego alejarse cuatro veces seguidas, resplandeciendo y apagándose alternativamente». Con toda seguridad no pudo tratarse de los dos planetas nombrados.
En los Tiempos Modernos… Según las crónicas de la época, unos sucesos extraordinarios aterrorizaron a la población que habitaba entre Marsella y Genova a comienzos de agosto de 1608. Según estos textos, durante varios días se realizaron combates aéreos entre unos «monstruos voladores», a tal punto que se les dispararon en vano 800 cañonazos, para ponerles fin. El fenómeno habría estado acompañado de grandes lluvias de «sangre» entre Marsella y Niza y también de un extraño y ruidoso combate aéreo entre dos misteriosos «aviones» de guerra por encima de Martigues.
En Norteamérica, durante el siglo XIX… En 1897, habrían sobrevolado sobre los Estados Unidos durante varios meses unos veloces «cigarros voladores» metálicos, si se puede creer el testimonio de innumerables personas que los vieron, tanto en las ciudades como en el campo. Se habrían realizado contactos múltiples con los «ocupantes» de estas máquinas, que se parecían a los hombres de la época y que, según dijeron algunas personas, entablaban fácilmente conversación con ellos. Esta ola de observaciones fue la primera en tener un eco en la prensa y en retener la atención de la población.
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