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Mascara de Hierro |
El hombre de la máscara es seguramente uno de los prisioneros que SaintMars tiene a su cargo cuando dirige Pignerol, al comienzo de su carrera. Dos de ellos son hombres famosos: el rico y astuto ministro Fouquet, encarcelado por Luis XIV, celoso del fasto del personaje o sinceramente convencido de su corrupción, y el caprichoso duque de Lauzun, mariscal de campo del rey, comprometido en intrigas amorosas. Ninguno de los dos puede ser el de la máscara de hierro: Fouquet muere en 1680, Lauzun es liberado poco antes de la partida del alcaide.
En los últimos meses de la estadía de SaintMars en Pignerol, cinco prisioneros ocupan los calabozos de la imponente fortaleza. Uno de ellos es un monje condenado por haber estafado a varias doncellas de la corte pretendiendo haber encontrado la piedra filosofal. Otro, Dubreuil, es un oficial acusado de espionaje y traición. Un tercero, Matthioli, es un conde italiano subdito del duque de Mantua, que intentó engañar a Luis XTV en una negociación. El cuarto, La Riviére, es el lacayo de Fouquet, mantenido prisionero después de la muerte de su amo: el intrigante ministro pudo haberle revelado peligrosos secretos. El quinto, Eustaquio Dauger, o d’Auger, es un joven caballero de la corte acusado de estar involucrado en el caso de los venenos.
El fiel prisionero.
En 1681, SaintMars llega a Exilies con dos de sus prisioneros. No los llama de otra manera que no fuera «los dos de la torre de abajo». Sin embargo, por la correspondencia del comandante se puede averiguar que Matthioli y Dubreuil permanecieron por algún tiempo en Pignerol después de la partida de SaintMars, y que el monje muere allí. Por lo tanto, los «dos de la torre de abajo» son La Riviére y Dauger. Uno de ellos, enfermo, muere en 1686: se trata muy probablemente de La Riviére, aquejado de un mal que lo inmovilizaba a menudo, incluso cuando servía a Fouquet. El sobreviviente es, entonces, forzosamente, Dauger. Esta certeza es reforzada por una carta del hijo del marqués de Louvois que, en 1691, habla a SaintMars del prisionero que tiene a su cuidado «hace más de veinte años»: sólo la fecha de encarcelación de Dauger corresponde. En 1694, Matthioli y Dubreuil se reúnen con SaintMars en Santa Margarita. El italiano muere pocos meses más tarde. Cuando asume su cargo en la Bastilla, en 1698, SaintMars parte de Santa Margarita con los dos sobrevivientes: uno está enmascarado, el otro es Dubreuil, que es dejado en el fuerte de Lyon. Nuevamente, el hombre de la máscara no puede ser sino Eustaquio Dauger.
Eustaquio Dauger
Desde su encarcelación en 1669, Dauger es objeto de una atención constante. Su nombre no es citado más que a su llegada y, en adelante, cuando un importante ministro de Luis XIV, como Louvois, inquieje sobre su estado, lo hace hablando a SaintMars del «prisionero de la torre de abajo» o de «vuestro antiguo prisionero». Por otra parte, las instrucciones de Louvois son claras: se debe mantener al hombre en secreto y asegurarse de que no tenga ninguna comunicación con el exterior. SaintMars le lleva personalmente las comidas: ni siquiera sus centinelas pueden acercársele. Este enclaustramiento absoluto parece significar que Dauger guarda un secreto terrible. En 1675, Louvois acepta que éste sirva de lacayo a Fouquet en reemplazo de La Riviére, a menudo enfermo. Contacto sin riesgo. Fouquet está también condenado de por vida e incomunicado del mundo.
Aún permanecen dos enigmas: ¿cuáles son esos terribles secretos y por qué Dauger es encarcelado con tantas precauciones en vez de ser simplemente asesinado? La hipótesis preciada por los novelistas de que el hombre de la máscara de hierro fue un hermano de Luis XIV no puede ser defendida seriamente. Después de los estudios de un historiador del siglo XX (M. Duvivier), la carrera de Dauger es bien conocida y nada permite relacionar su personaje a la familia real. Queda el hecho de que se creyó necesario no sólo aislarlo para impedirle revelar lo que fuera, sino que se cuidó de esconder también su rostro, que debió contener un secreto en sí mismo…
El caso revelado por Voltaire
En su obra El siglo de Luis XIV, publicada en 1751, Voltaire es el primero en evocar el caso de la máscara de hierro. Se envió, con máximo secreto, al castillo de la isla Santa Margarita, en el mar de Provenza, a un prisioreno desconocido, de estatura superior a lo común, joven y de la más bella y fina estampa. Durante el viaje, el prisionero llevaba una máscara cuya mentonera tenía resortes de acero, que le permitían comer con la máscara puesta. Había órdenes de matarlo si se descubría. Permaneció en la isla hasta que un oficial de confianza, llamado SaintMars, alcaide de Pignerol, designado alcaide de la Bastilla el año 1690, fue a buscarlo a la isla Santa Margarita y lo condujo a la Bastilla, siempre enmascarado. El marqués de Louvois fue a verlo a la isla antes del traslado. El desconocido fue llevado a la Bastilla, donde se le alojó espléndidamente. No se le negaba nada de lo que pedia. Su mayor gusto era por la ropa de una fineza extraordinaria y por los encajes. Tocaba la guitarra. Se le daba la mejor comida y el alcaide rara vez se sentaba delante de él.»
Las antiguas hipótesis
La máscara que cubría la cara del prisionero de SaintMars alimentó muchas hipótesis. Sería para disimular un parecido con un gran personaje que se le habría impuesto al cautivo llevar la máscara, al tiempo que se le trataba con las mayores consideraciones.
A partir del siglo XVIII, se propusieron varias identidades. La más famosa es la aventurada por Voltaire y retomada por Alejandro Dumas, autor de la novela El vizconde de Bragelone: el hombre de la máscara de hierro sería un medio hermano mayor de Luis XIV, fruto de las relaciones adúlteras entre Ana de Austria y el conde de Buckingham. Sin embargo, también habría podido ser un gemelo del Rey Sol; su hermano menor nacido de un matrimonio secreto entre Ana y Mazarino; un hijo natural del rey Carlos II de Inglaterra… o incluso el escritor Moliere, quien, después del Tartufo, ¡habría sido víctima de la venganza de los devotos!
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