El descubrimiento de África negra por los europeos y, especialmente, de las grandes manadas de elefantes que viven allí, dio origen a muchos rumores, como el siguiente: cuando un elefante siente que la muerte está cercana, se retira a un lugar secreto para terminar sus días entre los restos de sus congéneres ya muertos. Estos cementerios estarían llenos de marfil.
El marfil
Tejido extremadamente mineralizado que forma los dientes de los vertebrados, el marfil se fosiliza fácilmente. El que es utilizado por el hombre proviene, en general, de los colmillos de los elefantes y de los mamuts en este último caso se trata de marfil fósil. El marfil es un símbolo de la pureza. Los cristianos, por ejemplo, lo asocian a la persona de la Virgen María. Durante mucho tiempo se atribuía a los colmillos diversas virtudes mágicas, en especial al colmillo del narval, un cetáceo que habita en los mares polares y que puede llegar a medir tres metros de largo. Su único cuerno se confundió por largo tiempo con el del legendario unicornio. Durante la Edad Media el marfil del narval era también reputado por su poder para detectar veneno en los alimentos. En la prehistoria, el marfil era utilizado, al igual que los huesos, con fines artísticos. Posteriormente, se encuentran manifestaciones artísticas en marfil por todo el mundo, desde Groenlandia a la China, pasando por la cuenca del Mediterráneo. En nuestros días, los mayores consumidores de marfil son los japoneses, quienes utilizan decenas de toneladas cada año para fabricar sellos personales. Pero una campaña de protección de los elefantes ha terminado por imponer la prohibición definitiva del comercio de este material precioso, a fin de terminar con la masacre de los paquidermos de África y Asia.
El verdadero cementerio de elefantes
Si los cementerios de elefantes africanos no son más que espejismos, desde el siglo XVIII inmensas reservas de marfil fósil encontradas en Siberia han alimentado los mercados europeos, especialmente el de Londres. Ello se debe a que Siberia, así como otras regiones de la ex Unión Soviética como Ucrania, es un fabuloso depósito de colmillos de mamut. No es que existan “cementerios” según el significado estricto de la palabra, sino todo el suelo siberiano está lleno de colmillos y esqueletos enterrados. Explotada desde la prehistoria, en 1966 se sacó a luz, a 150 km. De Kiev, en Ucrania, una aldea con 15.000 años de antigüedad, cuyas casas estaban hechas de esqueletos y de colmillos de mamuts, el marfil ha sido comercializado desde hace, por lo menos, mil años y a partir de 1722 fue buscado sistemáticamente por decisión del zar Pedro el Grande (1672-1725).
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