Tres años de terror
Según los testigos, el animal responsable de la agresión a la pastora y de la muerte de la joven no es un lobo, sino una enorme bestia con una gran cabeza, flancos rojizos, una raya negra sobre el lomo y una cola tupida. Los sangrientos ataques se suceden y especialmente muchos niños son asesinados. Un muchacho que guía su rebaño por el campo ve de pronto que la bestia se deja caer sobre él. Tiene el bajo vientre destrozado y muere a los pocos minutos. Una niña, que se dirige sola a las dehesas bajo la mirada de su madre, es atacada por el animal. Su madre y sus dos hermanos corren en su ayuda, pero cuando llegan al lugar, el cadáver es casi irreconocible: el vientre hurgado, la piel del cráneo arrancada y, en parte, dada vuelta sobre el rostro. Una verdadera psicosis se apodera de los habitantes de la región, que sólo salen armados con cuchillos y horquillas. Se llevan a cabo algunas batidas, pero sin éxito. Los escasos diarios de la época publican estos ataques, y la preocupación es tan grande que un regimiento real de dragones es enviado al lugar. Como si lo hubiera presentido, después de haber sembrado el terror en el Gévaudan y el Vivarais, la bestia llega al Aubrac y a la Margeride, donde continúa asesinando, y en el lugar deja numerosos cadáveres decapitados y despedazados. Las batidas organizadas por los soldados secundados por los lugareños no tienen ningún resultado. Dos cazadores de lobos venidos de Normandía, Denneval y su hijo, se lanzan a su vez en persecución de la bestia, pero en vano, Sin embargo, el 1 de mayo de 1765, dos habitantes de la región, los hermanos Martel de la Chaumette, le infieren heridas mortales a un gran lobo. ¿Está muerta la bestia de Gévaudan? De hecho, la matanza se reanuda poco después.
Se llegaron a proponer algunas hipótesis muy fantasiosas para explicar la naturaleza del animal. Se trataría de un mono o de un hombre-leopardo venido; de África o incluso de una hiena que habría escapado de un zoológico, y hasta de un extraterrestre que habría llegado en un OVNI, como el de la película “Depredador”.
La más reciente de estas teorías se refiere a un híbrido de león y tigre… Otra tesis evoca los actos de un hombre disfrazado de lobo para cometer estos crímenes, aprovechándose de la psicosis generalizada, o, incluso, de un domador que habría soltado sus bestias sobre los habitantes vecinos. De hecho, algunos testigos afirman haber visto a la bestia atravesar un curso de agua, caminando erguida sobre sus patas traseras. Es la opinión más difundida, en ese entonces, y con frecuencia se acusa precisamente a la familia Chastel. Lo que podría explicar por qué el animal, conociendo a su domador, se detuvo al ver a Chastel acercarse. Los asesinatos cesaron desde hace mucho, pero la bestia inscribió para siempre el nombre del Gévaudan en la imaginería popular.
La mitología del lobo
Teológicamente, el lobo (Canis lupus) pertenece a la familia de los cánidos y sus características principales son un apego a un coto da caza, la estabilidad de las parejas y cierta organización colectiva. Aunque sobrevive actualmente en Canadá, Rusia, Siberia y Escandinavia, el lobo prácticamente desapareció de Europa occidental. Sin embargo, durante la Edad Media siembra el pánico en los campos, cuando ataca, raras veces, es cierto, y siempre en manada, durante los largos inviernos de hambruna. Por mucho tiempo el animal provoca fascinación y terror. Generalmente representa el símbolo del mal, en oposición al perro, fiel amigo del hombre por excelencia. Gran cantidad de leyendas dan fe incluso al mito del hombre lobo, hombre que se transforma en lobo.
Nuestros enemigos las bestias
Todo ataque animal que no tenga explicación racional, es decir, que no provenga del comportamiento habitual del animal involucrado, provoca rápidamente rumores, luego verdaderas psicosis. Hasta hoy, existen numerosos testimonios al respecto.
Casos similares en Francia. La bestia del Gévaudan no es el único animal que sembró el terror en Francia, y podemos citar a la bestia de Evreux (1633-1634), la bestia de Brive (1783), la bestia del Cézailler (1946-1951). Sin embargo, las más feroces parecen haber sido le bestia del Auxerrois y la del Vivarais. La primera surgió en 1731 y el número de victimas se elevó a 28. Se la describe como un tigre o, más bien, un lobo. En cuanto a la bestia del Vivarais, causa estragos entre 1809 y 1816 en el Gard. También se la describe como un lobo, pero tendría el tamaño de un asno, con un pelaje pardo, una crin negra, largas orejas y grandes ubres. Es tan audaz que ingresa, incluso, a las casas. Ninguna de estas bestias ha sido muerta o capturada.
Los destripadores de ganado americanos. En 1973, en el Medio Oeste norteamericano, se descubren los cadáveres de decenas de bovinos. El elemento más chocante es la naturaleza de las mutilaciones. A las bestias les fueron cortadas las orejas, los labios, las ubres y la cola, y los ojos les fueron sacados en la mayoría de los casos con una precisión quirúrgica. A algunas incluso se les extirparon los órganos internos, y a los cuerpos de ciertas bestias se les extrajo toda su sangre. Finalmente, lo más increíble es el descubrimiento de los intestinos de una vaca, retirados por un agujero hecho en el flanco del animal y colocados al lado de la cabeza. Sin embargo, nadie puede dar una explicación racional a estos fenómenos. Algunos mencionan la intervención de OVNIS, otros hablan de crímenes rituales perpetrados por sectas satánicas. Y la masacre continúa hasta hoy: 12.000 bovinos han sido muertos sin que la policía haya podido detener a ningún sospechoso, y tampoco se ha encontrado ninguna huella en el suelo al lado de los animales mutilados.
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