La reencarnación
Un niño cuenta cómo lo asesinaron
El asunto comienza a inquietarlo y teme que le puedan quitar a su hijo. Jageshwar insiste y, el 30 de julio de 1955, logra conocer a Shankar y a su madre. El niño, que acaba de cumplir cuatro años, reconoce a Jageshwar y se lanza a sus brazos.
¿Un caso trucado?
¿Criptomnesia, telepatía o reencarnación?
Samsara…la ronda sin fin.En la tradición india, el sabio maestro Samyutta Nikava evoca la samsara,ronda de las almas que se reencarnan. Sólo puede detenerse cuando el hombre alcanza la pureza. Logra entonces la liberación y alcanza el nirvana o paraíso.
«!Cuál es, piensan ustedes, oh discípulos, la masa de las aguas del gran océano o la de las lagrimas que ustedes han derramado en el curso de vuestro largo peregrinaje, yendo perpetuamente hacia nuevos nacimientos y nuevas muertes, unidos a los que odian y separados de los que aman ! Esta ronda que no tiene ni comienzo ni fin. Incognoscible es el comienzo de los seres envueltos en la ignorancia, quienes, empujados por el deseo, son conducidos hacia su renacer, prosiguiendo esta ronda de renacimientos. Así, por largo tiempo, habéis sufrido dolores físicos y dolores morales. Habéis enriquecido el suelo de los cementerios demasiado tiempo y estáis demasiado disgustados con esta existencia.como para alejaros…como para liberaros «Samyutta Nikava,» su comentario sobre el Bardo»Las creencias en la reencarnación
En el antiguo Mediterráneo.
La noción de reencarnación aparece en muchas corrientes filosóficas y religiosas de la antigüedad en el Mediterráneo, tales como el orfismo egipcio, el maniqueísmo, el pitagorismo y el neoplatonismo. Como otra faceta del culto a los ancestros practicado durante mucho tiempo en las antiguas religiones, esta noción es también una forma de acercar el mundo de los vivos al de los muertos.En las sociedades africanas.
En ciertas etnias, la creencia en la reencarnación juega un importante rol social. Entre los ashanti de Ghana, por ejemplo, la “sangre” renace por la línea materna mientras que el “principio masculino refleja el culto a los ancestros y el alma se reúne, en su esencia, con la divinidad. Por el contrario, los kikuyu de Kenia distinguen dos almas en sus muertos: una “social” o colectiva que se reencarna en otro individuo y una que alcanza el mundo de los ancestros.En el mundo occidental, en los siglos XIX y XX.
En el siglo XIX, numerosos occidentales se sintieron atraídos por estas doctrinas evocadas en los textos de los ocultistas. Es el espiritista Allan Kardec quien lanza el movimiento de 1857, utilizando la reencarnación como fundamento de su “religión universal”. En los años de 1930, la inglesa Joan Grant publica numerosas obras sobre sus vidas “anteriores”. Ella recuerda haber sido hija de un faraón, haber vivido en la Grecia de Alejandro, en la Inglaterra medieval y en Italia durante el Renacimiento. Algunas de sus declaraciones son sorprendentes, pero los destinos excepcionales que ella se atribuye en cada reencarnación contribuyen a hacer dudar de su sinceridad. En la segunda mitad del siglo XX renace el interés por las doctrinas orientales y numerosas personalidades, entre ellas el modisto Paco Rabanne, afirman creer en la reencarnación.Creencias orientales.
Pero sigue siendo en Asia donde el principio de la reencarnación está más expandido. En la India, por supuesto, pero también en China, en Japón, en Mongolia, en el Tíbet, en Indonesia… El caso más conocido es el del dalai lama, guía espiritual de los tibetanos. Cada dalai lama es la reencarnación de su predecesor. Es difícil obtener cifras exactas sobre el número de creyentes, sobre todo por el ateísmo oficial de China, que oculta, sin duda, un gran número de fieles, pero se puede decir que hoy día más de mil millones de personas pertenecen a alguna religión que admite la reencarnación.
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