La catedral de Chartres. Extraños principios para construir una iglesia.
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¿Mediante qué procedimiento lograron los vidrieros de Chartres estos vitrales de colores tan extraordinarios? |
Encima de un pozo sagrado.
Un libro de piedra y de vidrio.
Una decoración sorprendente.
Lectura de una catedral gótica
En su trabajo el Misterio de las catedrales (1936), el escritor esotérico Fulcanelli escribe estas líneas que pueden aplicarse a Chartres. «Santuario de la tradición, de la ciencia y del arte, la catedral gótica no debe ser considerada como un trabajo dedicado únicamente a la gloria del Cristianismo, sino mas bien como una vasta concreción de ideas, de tendencias, de fe populares, un todo perfecto, ya que se trata de penetrar el pensamiento de los ancestros, sea cual fuere, el campo religioso, laico, filosófico o social. (…) La catedral es una obra de arte godo o de argot. Ahora bien, los diccionarios definen argot como un lenguaje particular de todos los individuos que tienen interés por comunicar sus pensamientos sin ser comprendidos por los que los rodean-. Es entonces una cábala oral».
Milagros y reliquias de Chartres
Un lugar sagrado como éste, asociado al culto de la Virgen en la Edad Media, contaba naturalmente con cierta cantidad de reliquias excepcionales y de hechas milagrosos.
El «sitio fuerte». En la cripta se abrió el pozo de los Santos Fuertes, cerca del que se encuentran un altar y un nicho que albergaba antaño a una Virgen negra. El culto a esta figura se remontaba a los galos. Se presume que representaba entonces a Belisama, la diosa madre. El conjunto, llamado el «sitio fuerte», quizás porque la población se refugiaba ahí en caso de peligro, dio origen a muchas leyendas. Los enfermos iban a acostarse ahí para sanar. Durante una gran epidemia hacia el año 1000, el obispo Fulbert habría sido sanado por una gota de leche que la Virgen habría depositado sobre su boca.
El velo de la Virgen. En el 876, el rey Carlos el Calvo llega en peregrinaje y ofrece el «velo de la Virgen»: una camisa que María habría usado durante su embarazo y que fue salvada posteriormente del incendio de fines del siglo XII. La reliquia era efectivamente valiosa: en 911, Chartres estaba sitiada por el duque normando Rollon y el clero intentó una salida llevando la preciosa camisa a modo de bandera. Los normandos, presas del pánico, abandonaron en el acto el sitio de la ciudad, que estaba sin embargo a punto de caer.
Y las demás reliquias. Chartres poseía en la Edad Media otras reliquias veneradas: además de la gota de leche de Fulbert, cuidadosamente conservada, el tesoro contenía restos de los santos Piat y Taurin, invocados respectivamente, y de acuerdo a las necesidades, para atraer el buen tiempo o la lluvia…
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