Existen lugares en nuestro planeta cuyas condiciones en nada envidian a las que reinan en ciertas lunas y mundos alienígenas, y donde prosperan criaturas que ofrecen pistas sobre cómo sería la vida extraterrestre.
Los astrobiólogos han descubierto que no hace falta bucear en los lagos de metano de Titán, una de las lunas de Saturno, u horadar las rocas marcianas. Existen en nuestro propio planeta rincones que albergan microorganismos asombrosamente resistentes, obstinados y adaptables a ambientes ultraextremos. [Leer más…]